Cromofobia
La cromofobia o cromatofobia proviene de las palabras griegas khroma o khromatos (color, de color) y de fobos (miedo o aversión) y significa literalmente fobia a los colores.

La cromatofobia puede utilizarse para definir la fobia por los colores en general, a un color en especial o incluso a un tono determinado.
De este modo existen palabras diferentes para definir la fobia a diferentes colores:
- Cianofobia: fobia al color azul
- Crisofobia: fobia al color naranja
- Eritrofobia: fobia al color rojo o a ruborizarse
- Glaucofobia: fobia al color gris
- Kastanofobia: fobia al color marrón
- Melanofobia: fobia al color negro
- Leucofobia: fobia al color blanco
- Prasinofobia: fobia al color verde
- Xantofobia: fobia al color amarillo
Este tipo de aversión por un color puede ser más habitual en el caso de artístas o diseñadores gráficos, que debido a su desagrado por un color específico, evitan usarlos en sus obras.
Causas
Habitualmente la cromofobia es causada por experiencias traumáticas relacionadas con un color en el pasado, aunque en algunos casos, puede ser causada por la asociación de un color con unos valores determinados.
Por ejemplo, el color negro se asocia popularmente con la maldad o la muerte, y el color rojo se asocia con la sangre o con la violencia.
Otra causa menos común es la hipersensibilidad a determinados colores, sobretodo a los más brillantes.
Síntomas
En el caso en que la cromofobia esté relacionada con un evento traumático, se asocia el color determinado con la ansiedad sufrida durante el evento, por lo que ver dicho color puede hacer que la persona se ponga nerviosa.
Aunque normalmente, en el caso de que la cromatofobia se refiera solo aversión a un color, los síntomas van más allá del desagrado por el color.