Antropofobia ▷ Fobia a la Gente
Diferencias con Fobia Social | Causas | Síntomas | Tratamiento | Fobias relacionadas
La antropofobia es el miedo a la gente, y aunque suele confundirse con fobia social no es el mismo miedo. En casos extremos, las personas con fobia a la gente pueden evadir por completo la sociedad, comunicándose con los demás sólo a través del correo electrónico o los mensajes de texto.
El origen de la palabra antropofobia proviene de la unión de las palabras griegas anthropos (ser humano) y de phobos (miedo o aversión)
Diferencias con Fobia Social
La fobia social es un diagnóstico que abarca una amplia gama de miedos sociales. Algunas personas sólo temen a situaciones específicas, como hablar en público o comer delante de la gente. Otros en cambio tienen miedo de prácticamente a todas las situaciones sociales.
En la fobia social el foco del miedo es la situación social en si misma, y el miedo al rechazo, a ser juzgado por la gente o a hacer el ridículo.
En cambio, en la antropofobia el miedo es literalmente a las personas, independientemente de la situación en la que se encuentren. Incluso los familiares más cercanos pueden ser percibidos al mismo nivel de peligro los extraños que se encuentran en un tren lleno de gente.
Un punto clave es que si tienes fobia social, generalmente sientes menos miedo en situaciones en las que crees que no tendrás que interactuar con los demás. En cambio las personas con antropofobia pueden sentirse igual de incómodos estando en el escenario o en la última fila de un teatro abarrotado de gente.
Las diferencias son sutiles y acertar con el diagnóstico puede ser difícil. En cualquier caso, es importante buscar ayuda profesional en ambos casos.
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Causas
Si bien no está completamente claro cual es el motivo de la antropofobia, se cree que se debe a una combinación de varios factores:
- Experiencias negativas traumáticas en el pasado al relacionarse con otras personas, por ejemplo acoso escolar, maltratos o incluso abuso sexual.
- Comportamiento aprendido por imitación de los seres cercanos.
- Componente genético que propicie la aparición de ansiedad.
También hay que destacar que la falta de habilidades sociales, la marginación y la exclusión social pueden propiciar la aparición de esta fobia, al no ser capaz de interactuar satisfactoriamente con los demás.
Síntomas
La antropofobia causa típicamente síntomas similares a los de cualquier otra fobia. Al pasar tiempo con otras personas, puedes comenzar a sudar y a temblar. Puedes tener problemas para respirar normalmente, sentir pánico y que tu pulso se acelere.
Es posible que no puedas hacer contacto visual ni siquiera con amigos de confianza y podrías preocuparte de que los demás le juzguen por todo, desde tu estilo al vestir hasta tu elección de palabras.
Al estar cerca de la gente, es posible que te cueste hablar, o incluso formular pensamientos coherentes. Además, es probable que experimentes una fuerte respuesta de lucha o huida, en la que siente una abrumadora necesidad de alejarte.
La antropofobia a menudo también causa ansiedad anticipatoria. Si sabes que en unos días vas a encontrarte con alguien, puedes experimentar problemas para dormir y otros síntomas de ansiedad, como dolor de estomago o de cabeza, por lo que es habitual evitar las situaciones sociales.
Otros síntomas habituales de fobia a la gente pueden incluir:
- Miedo a ser observado o vigilado, conocido como oftalmofobia o escopofobia.
- Temor a ruborizarse en público (eritrofobia)
- Preocupación excesiva por algún defecto físico, ya sea real o imaginado (dismorfofobia).
- Miedo a oler mal o a que tu olor corporal moleste a otras personas (autodisomofobia).
- Ansiedad y/o depresión.
Tratamiento
Sin el tratamiento adecuado, la fobia a la gente a menudo empeora con el tiempo. Lo que comienza como un miedo relativamente menor a estar rodeado de extraños puede escalar hasta incluir cualquier grupo de personas, incluso amigos cercanos.
Algunas personas con antropofobia grave dejan su trabajo o la escuela y evitan activamente encontrarse con los demás, lo que conlleva un gran impacto en su calidad de vida.
Como ocurre con todas las fobias, la antropofobia responde muy bien al tratamiento psicológico. Cuando se detecta en una etapa temprana, el tratamiento puede implicar sólo un puñado de sesiones breves de terapia durante las cuales se aprende a reemplazar los pensamientos irracionales por otros más positivos.
La mayoría de psicólogos utilizan una desensibilización sistemática, en la que se expone gradualmente al paciente al contacto con otras personas, empezando por el empezando por el propio contacto con el psicólogo
Debido a la naturaleza de este trastorno, es habitual comenzar las primeras sesiones via telefónica u online, y proseguir con una terapia cara a cara a medida que el paciente se siente más seguro.
La exposición debe ser progresiva, estableciendo entre psicólogo y paciente una lista de situaciones temidas ordenadas de menor a mayor ansiedad, empezando habitualmente por una la exposición imaginada y prosiguiendo con un entorno de realidad virtual, o con situaciones reales.
Durante la terapia, también puede ser de gran utilidad el aprendizaje de técnicas de relajación y de habilidades sociales.
La antropofobia interfiere con una de las necesidades humanas más básicas, la necesidad de contacto social, por lo que las posibles dificultades del tratamiento bien valen el esfuerzo.
Si tu antropofobia es extrema, la terapia puede llevar bastantes sesiones. Es probable que necesites pasar varias sesiones aprendiendo a tolerar compartir tu espacio con el terapeuta antes de que puedas progresar.
Con persistencia y esfuerzo, puedes superar incluso el miedo más extremo a la gente. Durante la terapia se paciente y amable contigo mismo, pero esfuérzate en mejorar.
Otras fobias relacionadas:
- Singenesofobia: Fobia a Parientes o Familiares
- Deipnofobia: Fobia a las conversaciones de sobremesa
- Enoclofobia: miedo a las multitudes
- Fobia social: ansiedad o miedo en situaciones sociales al tener que interactuar con otras personas.
- Agorafobia: miedo a tener un ataque de pánico en un lugar en que puede ser difícil escapar o recibir ayuda