Fobias Específicas

Una fobia específica es un temor intenso e irracional causado por la presencia de un objeto o situación específica que no suele plantear un peligro real.

Fobias Específicas: Situacionales, objetos y animales

Por lo general, las fobias son clasificadas dentro de los trastornos de ansiedad, y de acuerdo a ello, se diferencian del trastorno de ansiedad generalizada en que el estrés, el miedo y la ansiedad se encuentran dirigidos a un objeto o situación específicos y sencillos de localizar.

Como veremos, existe una amplia variedad de fobias específicas, y es habitual que quien padece de una fobia, sea más vulnerable a desarrollar otros tipos de miedos irracionales. Siendo así que se estima que al menos el 8% de la población mundial padece de este tipo de trastorno de ansiedad.

Tipos de fobias específicas

Si bien la especificidad de las fobias depende de la historia particular de la persona, diversos manuales psicológicos y psiquiátricos, ofrecen una clasificación bastante amplía para comprender cómo se sistematizan las fobias. En esta categorización encontramos tres grupos de fobias específicas:

1. Fobias de tipo situacional

Los miedos de esta categoría corresponden a una serie de situaciones, escenarios o circunstancias que provocan niveles de ansiedad incontrolables para la persona.

Tales situaciones son en extremo variadas, desde entornos naturales hasta circunstancias muy comunes y cotidianas. Dentro de esta categoría se encuentran fobias como:

  • Glosofobia (miedo a hablar en público).
  • Ergofobia (miedo a lugar de trabajo).
  • Talasofobia (miedo al océano).
  • Amaxofobia (miedo a conducir).
  • Traumatofobia (miedo a las heridas).
  • Brontofobia (miedo a las tormentas eléctricas).
  • Escopofobia (miedo a ser observado).
  • Nictofobia (miedo a la oscuridad).

En algunas fobias situacionales el miedo se relaciona con los riesgos asociados a la situación misma. Tomando por ejemplo el caso de la traumatofobia, ciertas heridas de gravedad pueden ser mortales para la persona, e inclusive hasta las pequeñas heridas corren el riesgo de infectarse o ser la puerta de acceso para diversas enfermedades.

No obstante, existe una considerable diferencia entre el miedo asociado a cualquier herida o golpe, y el miedo característico de esta fobia. En este último caso, los traumatofóbicos pueden perder el control de sí mismos y experimentar ataques de pánico en presencia inclusive de una inofensiva herida. Asimismo, evitan activamente cualquier situación que pueda provocarles una lesión.

En cambio, otras fobias son provocadas por por situaciones completamente inofensivas, siendo originadas por una distorsión cognitiva, es decir, por pensamientos errados acerca de la situación. Es el caso del miedo a la oscuridad, el individuo posee una percepción alterada o errada respecto a los espacios oscuros, considerándolos peligrosos.

2. Fobias relacionadas con objetos

Este tipo se fobia corresponde a los miedos a objetos e incluso personas, como por ejemplo:

  • Belonefobia/Aicmofobia (miedo a las agujas y otros objetos punzantes).
  • Hemofobia (miedo a la sangre).
  • Pediofobia (miedo a los muñecos).
  • Tripofobia (miedo a los patrones repetitivos, usualmente de agujeros o círculos muy juntos).
  • Necrofobia (miedo a la muerte, cadáveres y cosas asociadas con la muerte, p. ej., ataúdes).
  • Xenofobia (miedo a las personas extranjeras).
  • Crematofobia (miedo al dinero).
  • Dermatofobia (miedo a las enfermedades o el de daño de la piel).

Al igual que las fobias situacionales, algunas de estas fobias se encuentran asociadas con peligros reales a los objetos, como por ejemplo la hemofobia. Por lo general, relacionamos la sangre con el dolor, el malestar y el peligro, en este sentido, el sangrado nos indica usualmente que algo no anda bien en nuestro cuerpo. Sin embargo, quienes sufren de hemofobia, maximizan el miedo natural asociado a la sangre, y experimentan una ansiedad desproporcionada incluso ante la menor herida.

En general, las fobias son ocasionadas por la mala interpretación de estos objetos, como sucede en la pediofobia, en tanto los muñecos han sido protagonistas de historias de terror urbano y de varias películas de suspense y terror (p. ej., Chucky o Annabelle).

Otros miedos como la tripofobia, el miedo a los agujeros, pueden ser causados por alteraciones en la percepción, lo cual provoca sensaciones de asco, ansiedad y pánico. Quienes sufren esta fobia suelen asociar los patrones de agujeros con la piel de animales venenosos, lo que acaba por causarles aversión.

3. Fobia a los animales o zoofobia

Este tipo de fobia es muy común en zonas rurales o en aquellas localidades rodeadas por bosques.

Entre las fobias a animales se encuentran:

  • Musofobia (miedo a los ratones/roedores).
  • Vermifobia (miedo a los gusanos o lombrices).
  • Entomofobia (miedo a los insectos).
  • Ofidiofobia (miedo a las serpientes).
  • Apiofobia (miedo a las abejas).
  • Motefobia (miedo a las polillas y mariposas).
  • Cinofobia (miedo a los perros).
  • Ornitofobia (miedo a las aves).

Las personas que sufren este tipo de trastornos pueden presentar ataques de pánico con solo ver una fotografía del animal. En el caso del miedo a las serpientes, puede deberse al peligro que puede suponer una serpiente real, en cambio, otros miedos son causados simplemente por el aspecto del animal, como por ejemplo la motefobia y la vermifobia.

Algunas personas pueden vivir mucho tiempo sin saber que sufren de una fobia específica a un animal, esto se debe a que el animal puede no formar parte de su entorno inmediato.

Síntomas y Causas de las fobias específicas

Los síntomas principales de las fobias específicas son los sentimientos de ansiedad y las conductas de evitación, estas últimas son respuestas de alejamiento que aparecen inmediatamente cuando la persona se enfrenta al objeto fóbico.

No obstante, una amplia gama de síntomas físicos y psíquicos invaden a quienes padecen de este trastorno, como:

  • Pensamientos de daño y muerte.
  • Hiperventilación.
  • Taquicardia.
  • Sudoración excesiva.
  • Mareos, nauseas y vómito.
  • Temblores y desmayos.
  • Ataques de pánico.

Con frecuencia, las causas de las fobias específicas corresponden a circunstancias concretas de la vida de la persona. En este sentido, los acontecimientos traumáticos en presencia de una situación, un objeto o un animal en específico, pueden provocar una fobia.

De igual manera, algunas personas desarrollan una fobia simplemente por escuchar o ver cómo alguien más responde temerosa y ansiosamente, a cualquiera de estos estímulos. Asimismo, el aspecto de ciertos objetos o animales puede producir sentimientos de asco, terror o pánico, que en personas muy sensibles, pueden convertirse en una fobia.

Finalmente, otros tipos de fobia pueden considerarse “adquiridas”, en tanto la persona se deja influenciar por supersticiones o creencias culturales asociadas al objeto fóbico.

Tratamiento de las fobias específicas

Muchas de las fobias mencionadas no ocasionan un malestar significativo o un deterioro pronunciado de la vida, esto en tanto son situaciones, objetos o animales sencillos de evitar, o bien porque no forman parte del entorno cotidiano de la persona.

Quien se percató de su fobia a las serpientes en un viaje a África, muy probablemente pueda vivir tranquilamente con su fobia, en tanto su residencia habitual es una zona urbana en Europa. Sin embargo, quien trabaja en la ciudad y sufre de ergofobia, se enfrenta todos los días al malestar que le produce su lugar de trabajo.

Así pues, el diagnóstico de la fobia dependerá de qué tanto malestar ocasiona este miedo, con cuanta frecuencia la persona de enfrenta a él, y el nivel de deterioro que esta fobia le ocasiona a su vida. En este sentido, la intervención psicológica y un tratamiento adecuado se vuelve necesario y urgente cuando el individuo no puede desarrollar su vida normalmente, debido al pánico que experimenta.

El tratamiento más común para las fobias específicas es la terapia cognitivo-conductual, la cual se enfoca en modificar los pensamientos e ideas distorsionadas, con el objetivo de que el paciente se percate de que no corre peligro o de que puede controlar el miedo; al mismo tiempo, el terapeuta trabaja con técnicas de exposición gradual para enfrentar a la persona a su fobia y acabar con las conductas de alejamiento.

Si bien las fobias específicas pueden ser tan variadas como personas hay en el mundo, muchas veces no representan un limitante para la vida. Por ello, si percibes que sufres de una fobia, analiza el impacto que tiene en tu vida cotidiana, o si te provoca un gran malestar. En ambos casos es recomendable buscar ayuda psicológica para superar tu fobia.

Esta web usa cookies, puedes ver la política de cookies, aquí -
Política de cookies +