
Claustrofobia
=> Miedo a los Espacios Cerrados
La batrazofobia es el miedo extremo o irracional a los anfibios (sapos, ranas, salamandras, tritones...). La etimología de la palabra batraciofobia proviene del latín bratrachium (propio de la rana, anfibio acuático) y del griego fobos (miedo u odio).
La causa más común de la batraciofobia suele ser haber padecido una experiencia considerada como traumática, un ejemplo claro podría ser el ser intoxicado al tocar un anfibio venenoso.
Aunque también se puede adquirir una fobia por aprendizaje, por ejemplo si de niño ves como tu padre o madre tiene una reacción desproporcionada al toparse con una rana o sapo, es posible que aprendas que la reacción normal ante estos anfibios es el rechazo o el miedo.
Si bien existen algunos anfibios que son venenosos, como la rana dardo dorada (considerada uno de los vertebrados más venenosos de la tierra), una persona que padezca batraciofobia puede experimentar ansiedad y miedo ante cualquier rana por inofensiva que sea, e incluso ponerse nervioso viendo la foto de un sapo.
Los síntomas pueden incluir asco, respiración y pulso acelerados, ataques de pánico, sudoración y mareos, entre otros.
La batraciofobia es una fobia poco usual que no suele tener un gran impacto en la vida cotidiana de la persona que la padece, sobretodo hoy en día que la mayoría vivimos en núcleos urbanos en los que es poco habitual encontrarse con un anfibio.
Aún así, en los casos en que esta fobia cause un gran malestar a la persona que la padece, es posible tratar la batraciofobia.
Usualmente la terapia incluye:
¿Cuando ir a terapia?
Es aconsejable acudir a un psicólogo si la batraciofobia tiene un impacto importante en tu vida cotidiana o si te causa un gran malestar.
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